sábado, 23 de enero de 2010

MOONRAKER

Debo confesar que mi pasión por el cine no surgió en mis años de infancia. Para mí el cine era una distracción que implicaba cierta formalidad, el salir con la familia y luego degustar un sabroso pollo a la brasa en Pollos Bolivar o Pollos ABC, en pocas palabras, menos divertido que jugar al trompo o al kiwi con mis amigos del barrio. Sin embargo, y siendo este un espacio en el que me he comprometido compartir mis vivencias relacionadas con el séptimo arte, debo dejar registro escrito de la primera película que viene a mi memoria, Moonraker (1979).


esta es la 11ma película de la saga del James Bond, con Roger Moore en las carnes del espía británico. Mi memoria guarda varias imágenes sueltas, y de hecho, ninguna historia coherente. Las imágenes más impactantes son las de la batalla espacial con su maraña de rayos láser y cuandoTiburón (Richard Kiel) corta de un mordisco los cables del Teleférico del Pan de Azúcar en Rio de Janeiro.




A esta película fuimos con mi padre, en el cine Venus, el cual quedaba cerca del cruce de las avenidas América y Perú. Un cine que siempre se caracterizó por exhibir películas de acción de todos los calibres. Como iba a imaginarme en esos años, que ese arte del celuloide en constante movimiento frente a una lámpara de luz, se iba a transformar en la pasión de mi vida. De todas formas, el cine poco a poco comenzó a divertirme más y más, por eso en una entrada futura, me dedicaré a ir rindiendo un homenaje a esos cines de Trujllo, y de otros lugares, donde se comenzó a gestar esa pasión.

Asistí al espectáculo de Moonraker cuando contaba con 5 años y medio de edad...



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5 comentarios:

Karen M. dijo...

Nadie tan guapo como Roger moore!!! bueno ya está algo mayorsitoo pero igual!! me encanta!! jaja...
A mi siempre me ha gustado ver películas; además siempre he sido aficionada a la actuación, esa es otra de mis metas, la he desarrollado menos que la literatura pero estoy en eso; lo malo es que siempre me fijaba y me fijo mucho en las actuaciones y a veces me concentro tanto en eso que pierdo el hilo de las situaciones jaja... igual soy una distraída; pero la verdad, hay tantas cosas que una película es capaz de trasmitir; una pelicula te puede cambiar el día, la perspectiva, todo!! por eso son tan necesarias... es una vía de escape también como la lectura y escritura y pintura, etc...

No te comenté antes porque no sabía a que te dedicabas pero si que es raro eso de "médico a cineasta"; aunque me parece un buen cambio, además que siempre queda algo de lo otro; y ahora que lo pienso mejor, no es que haya tanta diferencia; los médicos curan, el cine cura; los médicos - algunas veces - te sentencian a muerte; y el cine es capaz de construirte la paranoia de la muerte, te produce la catarsis y de ahí quien sabe como uno termina jaja
bueno, te mando muchos saludos...
sigue posteando, está muy interesante!!

K-M-

Lizardo Cruzado dijo...

Tony, me has hecho recordar el cine Venus, tan cerca de la casa y el barrio de mi infancia. Ahí debo haber visto 'Los diez mandamientos' -en esa época para Semana Santa daban nomás tales películas- y algunas otras más que se me escapan de la memoria. Alguna vez quise escribir un cuento sobre esa penosa conversión de los cines en espacios para otros usos -la mayoría templos evangélicos- pero será para otra vida. Aguardo tu entrada sobre el cine Trujillo, ese sí mucho más cercano en mi recuerdo -además de la pollería San Felipe que quedaba al lado, donde descubrí esa comida hipercalórica pero insuperablemente sabrosa-.
Un abrazo.

Tony Chávez Uceda dijo...

Hola mi estimada Karen:

Roger Moore ya estaba bien, pero bien mayorcito cuando encarnó al agente 007. Sin embargo su jovialidad, vitalidad y gran forma de pronunciar las frases de humor británico le hicieron digno sucesor del gran Sean Connery. Me parece bien que tengas alguna vena para actuación, te recomiendo leer las teorías de Stanislavsky, quien revolucionó la actuación para los palcos. Sobre que si los médicos sentenciamos a muerte, bueno, si la vida fuera un juzgado, los médicos no seríamos el juez, si no el abogado o abogada relatora (como la tia "si lo está" del juicio a Fujimori), es decir, solo trasmitimos la sentencia que la naturaleza ha dado ya para el enfermo. A veces logramos, con éxito, defender al reo de esta sentencia; a veces lo logramos parcialmente. Es triste que muchos a veces nos consideren como asesinos cuando no logramos para nada nuestro rol de defensores. Esa es una de las tantas razones por la que me he desencantado con la medicina, pero bueno, esa ya lo relataré en otro post, gracias por tus comentarios.

Tony Chávez Uceda dijo...

Carísimo Lizardo:

Pensar que en su momento yo usé de excusa que iba a ir al Cine Trujillo para ver los Diez Mandamientos, y en realidad me fui al Cine Perú a ver el estreno de Karate Kid. No frecuenté la pollería que mencionas, mayormente mi padre nos llevaba a ABC o a Bolívar. Ambas pollerías siguen, hasta hoy increíblemente, siendo muy frecuentadas. Pollos ABC (esquina Orbegoso San Martín) se distiguía por una figura enorme de un pollo, montada sobre una plataforma rotativa.

Cada cine de Trujillo merecerá una entrada en este Blog, y cuando me de una vueltita por Perú, procuraré obtener una imagen gráfica de los lugares en la actualidad. Un fuerte abrazo.

Lizardo Cruzado dijo...

Querido Tony:
El inmenso pollo en el frontis del ABC fue mi deleite cuando salía del jardín de infancia N° 209 allí en el jirón Orbegoso -cuando se edificaron la segunda y tercera planta se aniquiló al gordo pollo y su tenedor y su cuchillo, uno en cada ala-. Pollos Bolívar me temo que ya no existe ahora. La pollería San Felipe era un discreto local con uno de esos inmensos refrigeradores antiguos de madera y mesas de metal y fórmica. Me imagino que al cine Trujillo lo recordarás en demasía pues al lado estaba el famoso pasaje Lima donde tenías a tu profesora de piano. Gracias por los gratos recuerdos de Truxillo del Perú.