miércoles, 20 de enero de 2010
Moscú
Hay en Moscú
dos vías de metro
que se quedaron unidas
a mis dos láminas cribosas
Una va hacia el mercado de Sokol
Donde las sensaciones de pimientos,
pepinillos, trufas, silotkas, setas
se entermezcla con el ruido del tranvía.
Otra va hacia el viejo Arbat
Donde se matiza con las salchichas y
el vodka de la calle Neglinnaya
el olor de abedul del sauna
el olor de mil pólenes juntos
cerca de Lenninsky Prospekt
Hay en ´Moscú.
Tres líneas de luz
que cuestan solo dos Kópecks
para oír el coro de Nabucco
el cello de Brahms
o el despertar de Petia
Hay en Moscú
Dos caminos papilares
que saben a Kvas, a Pelmeni
a Piroguí, a Borsh y a Kotleki
A Jarchot Georgiano, a Cordero Azerí
Bastan cinco rublos el asiento
Saliendo de la Marsitskaya
Pero hay en Moscú
Dos luceros quiasmáticos
Que dejan el ser lleno de brillos y
Luces de hoces y martillos en Mayakóvskaya
de reflejos dorados y naranja en Leninskie Gori
de mañanas nevadas viendo los trenes
junto a la estación Komosomolski
De avenidas azules y calles marrón
De abedules y pinos, que no se desnudan
De reflejos lunares que al MosKova mudan
De sierpes verdes movidas a luz
De sierpes azules que surcan en cruz
De lienzos de hielo aguardando al artista
De fangos tenaces al lado de la pista
De trazos celeste, con el cielo a parte
De tantas memorias que perdí al dejarte...
(Originalmente publicado el 12 de diciembre de 2009)
Link para Spaces
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario