miércoles, 20 de enero de 2010

BEOWULFO

Beowulfo


El primer poema que nos impresiona siempre tiene un tinte peculiar, que recordamos durante toda nuestra vida. Lo que más recuerdo hasta hoy de esta célebre épica anglosajona fue su longitud. ¡Me pareció imposible que un poema fuera tan extenso! Recuerdo que lo leí en esa gran fuente de saber que mi padre me compró, "El Nuevo Tesoro de la Juventud". Fue un momento mágico porque es un cuento de fantasía, una oda a los héroes, un canto al valor y a la lealtad. Sí, la lealtad de Wiglaf, el amigo de Beowulfo, descrita bellamente en este pasaje.

2631 Wíglaf habló a los otros diciendo
2632 —enojado se hallaba— furiosas palabras:
2633 "Yo el día recuerdo en que estando en la sala
2634 bebiendo hidromiel juramento prestamos
2635 al gran soberano que anillos nos daba
2636 de estar a su lado si falta le hacía
2637 y pagarle en la lucha las cotas de guerra,
2638 los yelmos y espadas. Por propio deseo
2639 nos quiso elegir para esta jornada
2640 —incitó nuestro brío, estas joyas me dio—
2641 pues él nos tenía por bravos guerreros,
2642 por héroes sin tacha. Sin embargo el caudillo,
2643 el rey de su pueblo, solo y sin nadie
2644 pensaba abordar esta hazaña excelente,
2645 pues más que ninguno su fama ganó
2646 con osadas acciones. Ha llegado el momento
2647 en que mucho al monarca el apoyo le urge
2648 de buenos vasallos. ¡Acudamos al rey!

2649 ¡Prestémosle ayuda! ¡El fuego terrible
2650 y las llamas lo abrasan! Dios es testigo
2651 que yo por mi parte prefiero morir
2652 con mi buen soberano, quemado mi cuerpo.


Ahora, el preciso momento cuando Wiglaf le ayuda a Beowulfo a liquidar al dragón.

2694 He oído que el noble mostró su coraje
2695 ayudando al monarca en el grave peligro;
2696 era un hombre capaz y de espíritu fiero.
2697 No buscó la cabeza; mas él, valeroso,
2698 su brazo quemó cuando, al rey asistiendo,
2699 hirió a la serpiente un poco más bajo.
2700 El armado guerrero hasta el puño su hierro
2701 adornado, clavó y al instante las llamas
2702 allá decrecieron. Sus sentidos el rey
2703 recobró nuevamente y sacando un puñal
2704 que en la cota llevaba, afilado y temible,
2705 el príncipe en dos al reptil dividió.
2706 A la sierpe abatieron, quedóse sin vida;
2707 ambos parientes juntos lograron

2708 que el monstruo cayera. ¡Así debe un vasallo
2709 apoyar a su rey!


Se podrán dar cuenta que estamos en el verso 2700, y no estamos cerca del fin aun. Este poema en verso iterativo, se distinguía de otras porque no estaba en rima, y tiene un ritmo vigoroso, dinámico. A quien no le gustaría contar con un amigo como Wiglaf, capaz de arrojarse ante el peligro que te acecha. Cómo no va a quedar impregnada la memoria de asombro, respeto y todo un cóctel de nobles sentimientos. Años después, en un cine de la cadena Odeon, en el Barrio de Streatham, pude ver el opus cinematográfico de Robert Zemeckis, Beowulf, bodrio estrambótico, exagerado y de tintes espectaculares, que más parecía una excusa para ver calata a Angelina Jolie. Y Wiglaf, el buen Wiglaf acaba con la imagen de un rechoncho y bonachón vasallo, que no le hace un rasguño al ígneo dragón, fruto de Beowulfo, quien acaba siendo filicida.



Yo prefiero atesorar la emoción infantil de la aventura, del valor, del heroísmo, de la amistad, de tantas cosas bellas que se disfrutan en este inconmensurable poema.

Descargue su copia gratis de Beowulfo aqui.

(Publicado originalmente el 30 de noviembre del 2009)

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