miércoles, 17 de marzo de 2010

Sin Aliento cumple 50 años.

Sin Aliento
En tiempos recientes, el imprensionate Robert Rodriguez preconizó el uso de técnicas como el montaje, el corte en secuencia, los cambios de ángulo continuos, la "edición en cámara". Pero hace exactamente 50 años (hola, hola, está de bodas de oro) una pequeña película francesa revolucionó el mundo del cine: Sin aliento (1960). Esta magnífica cinta del genial Jean-Luc Godard no se destaca por tener un guión profundo o brillante, si no que es una cinta magistral en todo aspecto. Responde contundentemente a la pregunta ¿qué debe hacer un cineasta cuando cuenta con un presupuesto reducido, pocos recursos, y una férrea competencia? Variar el cuadro.


Pero ¿cómo variar el cuadro, y con poco presupuesto? La respuesta la dieron un grupo de cineastas franceses, entre ellos el maestro Godard, y rindiendo homenaje al grandioso Hitchcock, se dedicaron a filmar con pasión, desarmando y rearmando los elementos narrativos del celuloide, llevándolo por caminos inexplorados, reinventando el lenguaje cinematográfico. Godard se da el lujo de usar un argumento trillado, y trillarlo un poco más, pero su cámara es inquieta, saltarina, rompe las barreras del tiempo y del lugar, está en todo y en nada al mismo tiempo. Para muestra, veamos este clip.

En la primera parte la cámara parece obedecer la voz del personaje (in off), cada frase cambia el cuadro, cada idea nos llega por la vista también. Aunque es evidente que los retazos han sido tomados de la misma toma, el efecto es fresco y entretenido. En la segunda parte, cuando Jean Paul Belmondo y Jean Seberg conversan en la cama. Diálogos sin sentido, recurrentes y redundantes, palabras sueltas, ideas que parecen divagar de un lado a otro, pero el maestro compensa el diálogo con una serie de movimientos de cámara que captan diferentes detalles del apartamento, hasta un punto en que ya lo que ellos se digan no guarda mayor interés. La parte en la que él le da 8 segundos para sonreír sino la estrangula es clásica.

De visión obligatoria para cualquier cinéfilo, Salut Monsieur Godard!

4 comentarios:

BLUE dijo...

Super hiper interesantisimo post. De vision obligada entonces. Gracias por compartir el buen cine.

Tony Chávez Uceda dijo...

De nada, yo me considero un cineasta en formación, y espero poder llevar a la pantalla grande ese gran monumento de la literatura "conversación en la catedral" de Mario Vargas Llosa. Como estoy siguiendo un orden cronológico, poco a poco iré publicando como fue surgiendo en mí la pasión por el cine, y por hacer películas. Gracias por seguir este blog.

Karina dijo...

Hola Tony, por medio de mi hermano ahora puedo acceder a tu blog, finalmente. Que buena entrada, yo también soy recontra hincha de esta película, puedo decir que soy una apasionada admiradora de la misma. No me caso de ver a Belmondo y a Seberg, es una pareja con una química colosal. La escena de la sonrisa es tan inesperada y devastadora que siempre me quita el aliento (jijiji, parafraseando al título).

Espero que sigas publicando sobre cine, un abrazo y un beso.

Tony Chávez Uceda dijo...

Hey Kari, que bueno que tambien tengas a esta peli como una de tus favoritas, es magistral de todo punto de vista. Una comunicadora audiovisual como tu debe aprender mucho de ella, un saludo.