viernes, 30 de septiembre de 2011

El sueño ha muerto


"Solo hay dos cosas que resucitan en esta vida, el amor y los sueños".

Todos los amores mueren, que duda cabe, está en la voluntad de uno resucitar o rejuvenecer el amor que siente, y esa es una de las claves para una relación duradera. Los sueños, al ser otra percepción sentimental del pensamiento (léase alma) también puede tener cierta potencialidad rejuvenecedora o resurrectora. Pero los sueños tienen una característica que les da una mayor inocencia en comparación con el amor: los sueños son espontáneos, son realidades que unen circuitos del lóbulo temporal en el hemisferio derecho y también, por lo tanto, se vuelven memorables.

El sueño entonces llega a ser un anhelo para el futuro, pero un anhelo que es capaz de evocar el entusiasmo, la voluntad de mudanza en nuestras vidas, el luchar por una meta que no solo nos da la satisfacción de alcanzarla si no también vuelve satisfactoria la lucha misma.

Hasta donde me ha sido posible, he intentado luchar por concretizar el sueño de ser cineasta. Pero ahora debo aceptar la imposibilidad de concretizar el mismo, por más que el porvenir suele se tentador y por momentos engañoso, no podré dedicarme al oficio de Ford o de Buñuel...

Podría pensarse entonces, que al morir este sueño mío, estas páginas digitales también deberían de dejar de existir, pero la verdad, he dejado muchos proyectos inconclusos en esta vida, y al tener un sueño muerto más, no se debe perder la voluntad de resucitarlo algún día. No puedo dejar de concluir que el tener sueños y tener amores es irracional, ya que la mayor parte de las probabilidades están en nuestra contra, pero tampoco se puede negar que son verdaderos condimentos para la vida.

Así como en la tumba de muchos de mis amores, en la de este sueño solo hay una palabra en la lápida: "oportunidad".

viernes, 16 de septiembre de 2011

El razonamiento del día: fin de semana




"Doctor, en el descanso médico que me ha dado, está incluido un domingo, y ya me está mandando a trabajar el lunes".
"Querido señor Fonseca, si las enfermedades también observasen el fin de semana, los médicos seríamos los primeros en agradecer"

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Film Clave: 48 horas




Debo mencionar en estas páginas virtuales esta película, que ví en versión Betamax durante los últimos meses de mi tiempo moscovita, como la primera que despertó en mí la curiosidad por la elaboración cinematográfica. Ya por ese entonces me preguntaba a mí mismo cuáles eran los ingredientes que lograban que una película sea buena. Después de mi experiencia de haber visto 14 veces Breakdance, me preguntaba además si esos ingredientes también generaban un éxito de taquilla.

Como ya había mencionado Walter Hill fue un colaborador estrecho de Sam Peckinpah sobre todo en el aspecto del guión y supo asimilar algunos elementos peckinpahnos en su estilo cinematográfico, especialmente la presentación adecuada de los personajes. Hill es un maestro en este aspecto, Jack es presentado como alguien que se toma el trabajo como de vida o muerte, mientras que Reggie es alguien desenfadado, fatalista, que solo decide involucrarse por una venganza personal. De muchas formas esta película es como un western moderno, pero también sabe manejar de manera arriesgada el tema racial. Ninguno de los personajes queda disminuido por sus debilidades, ni tampoco exaltado por sus fortalezas.

Es también una película muy machista, como casi todas las de Walter Hill, donde las mujeres lindas parecen obedecer el chasquido de dedos de los protagonistas, "Sexo, Mogambo" le dice Reggie a su simpática compañera de baile, a lo que ella responde algo quejumbrosa "no me lo puedes pedir de otra manera". El amor parece ser un desliz mediocre en el universo de Hill, donde todo se resuelve con impacto de bala o impacto de puños.

Lo importante para mí de esta película fue que por primera ves me fijé en el nombre del director, y esto tuvo una consecuencia importante ya que meses después pude ver otra película de hill llamada "Calles de fuego" (1984). Volví a fijarme en el nombre del director y al detectar la coincidencia algunas respuestas a las incógnitas anteriormente mencionadas comenzaron a tomar forma.

La película depende del director...

Este es el momento clave en mis aspiraciones del séptimo arte, el momento en que me interesé no por la cara bonita proyectada en la pantalla, si no por el artista capaz de visualizar e hilvanar todas esas escenas y secuencias audiovisuales.

Ahora algunas frases memorables de este film.

- ¿Tienes una dama?
- Sí
- La generosidad de las mujeres nunca deja de sorprenderme Jack.


- Déjame que te diga algo negro, yo peleo sucio.


- Cuéntame un cuento.
- Jódete.
- Ese es uno de mis favoritos.


- Déme un vodka.
- Mejor te doy un ruso negro.


Enlaces relacionados.


viernes, 2 de septiembre de 2011

Nueva categoría: Culinaria


Cebiche Peruano

En tantos lugares que he estado y recorrido algo que no puede quedar de lado, por razones obvias, es la alimentación. Pero al estar en diferentes sitios, también te conmina a apreciar y comparar los diversos sabores y aromas de sus diversas culinarias. Curiosamente, no es en la lengua donde reside el fuerte del gusto, la lengua en realidad distingue mayormente cuan salada está una comida. Es el olfato, con la infinita combinación de esos siete olores básicos, quien genera diferentes matices de ingredientes y sazones, el que nos permite incluso saber cuando algo es preparado con el cariño de un hogar, con la premura de una comida chatarra.


Pelmeni rusos

Platos como el borsh, el jarchot, los pelmeni, los pirogui de Rusia, el cozido, el bacalhau com natas, el bitoque de Portugual, la feijoada del Brasil, forman experiencias sumamente placenteras que iré comentando, aunque, modestia aparte, debo decir que la comida de mi país, el Perú, es sensacional y única. En mi experiencia personal solo las curiosas y picantes sazones del subcontinente Hindú pueden hacerle competencia, así que preparen sus láminas cribosas y papilas gustativas...



Samosas de la India