sábado, 20 de octubre de 2012

Tomas Luis de Victoria: Responsoria per tenebrae


Allá por el año 1989 mi cultura musical sufrió un cataclísmico evento: conocí a un inglés, profesor de la lengua de Marlow en mi entrañable Lubango, mi amigo Ernest, quien poseía una gargantuesca colección de CDs de música clásica de los tipos más variados. Para esta época ya estaba yo muy fascinado por las Variaciones Goldberg de Bach, así como algunas obras de Chopin. Pero sin una mayor guía ni formación, no me era posible adentrar más en las profundidades de la música. Un día, en una de las interminables conversaciones con Ernest, surgió el tema de las voces en la música. Entonces fue a su audioteca y me alcanzó esta grabación. "Con esto podrás iniciar tu aprendizaje en las voces". El disco era "Responsoria per tenebrae - responsorios para las tinieblas de Tomás Luis de Victoria (1548 - 1611)

Ya tenía yo algunos conocimientos de lo que era un tenor, bajo o soprano, también gracias a la ópera "Cosí fan tutte" de Mozart, pero nada podría haberme preparado para las dulces armonías de Victoria, sus cánones delicados, sus movimientos contrarios, la forma en que le da protagonismo a cada voz en cada entrada, otrora las contraltos, otrora los bajos. Fue un momento sublime en la historia de la música, cuando los compositores intentaron liberarse de las asfixiantes reglas del canto gregoriano, y crearon un estilo no menos asfixiante, pero al menos más colorido y abundante: el barroco. Pero dentro de una misma voz, comencé a distinguir los matices de cada cantante, y mi corazón siempre se conmovía con la entrada de las sopranos, entre quienes se distinguía una suave voz con timbre de chica adolescente. Ya estaba expectante y a veces emocionado cuando aquel dulce sonido iba a salir de entre los ecos armónicos de bajos, tenores y contraltos. 


Facsímil de una obra de Victoria, reparen la forma rómbica de las notas.

De hecho fue grandioso oír esta angelical grabación, porque Bach es un compositor muy complejo, y por momentos su contrapunto y polifonías pueden resultar inteligibles. Tomás Luis de Victoria fue un visionario, y podría considerárselo un eslabón entre la música medieval y el florido barroco. 

Lo más premonitorio y curioso es que este álbum lo escuché cuando aún era un devoto y fiel católico. Está cantado por el coro de la Catedral de Westminster (no confundir con la abadía de Westminster). Y fue a fines del 2007, en la Catedral de Westminster de Londres, cuando asistí a misa por última vez. La fe en una deidad no ha resultado en un pre requisito para sentirme maravillado con esta genial composición.



Enlaces relacionados

Bach Bourre de la suite para laud 1 en mi menor BWV 996

Variaciones Goldberg

Revisión de los Responsorios para las Tinieblas

Tomás Luis de Victoria

Web Oficial de Tomás Luis de Victoria

Música para semana santa.


3 comentarios:

José Manuel Brea dijo...

Tony, en su momento escribí sobre esta sobrecogedora obra de Victoria...

http://medymel.blogspot.com.es/2011/04/musica-para-la-semana-santa.html

y he disfrutando cantando su motete "Ad caenam agni providi", comprobando la naturalidad de escritura de un genio. No en vano se considera a Victoria el mayor compositor hispano de la historia.
Saludos cordiales.

Tony Chávez Uceda dijo...

Estuve chequeando esa entrada amigo José Manuel, Tomas de Victoria fue un inmenso genio, que sentó las bases para la transición al barroco, pero además hay una enorme pasión y sentimiento en sus melodías, a diferencia de varias obras barrocas, que solo se contentaban en "procesar" fragmentos de melodías según un conjunto de reglas de contrapunto.

Anónimo dijo...

Disculpa, pero he creido leer barroco en tu escrito al referirte a la música que hace Tomás Luis de Victoria, y siento tener que corregirte, pero Tomás Luis de Victoria es un compositor plenamente renacentista, quizás el más importante junto con el italiano Palestrina. Gesualdo si puede que sea más asociado a esa transición al barroco, pero Tomás Luis de Victoria no.