El post anterior era introducción previa al planteamiento del problema guionístico que me quita el sueño estos días. Montaje, montaje y otro montaje más. Mi guión se está convirtiendo en un collage poco congruente. Si no veamos este fragmento de "Conversación en la Catedral", e intentemos dilucidar los desafíos de plasmarla en la pantalla.
Se habían matriculado en los mismos cursos, se sentaban en la misma banca, iban juntos a la biblioteca de San Marcos o a la Nacional, a duras penas se separaban para dormir. Leían los mismo libros, veían las mismas películas, se enfurencían con los mismos periódicos. Al salir de la universidad, a mediodía y en las tardes, conversaban horas en el Palermo de la Colmena, discutían horas en la Pastelería Los Huérfanos de Azángaro, comentaban horas las noticias políticas en un café-billar a espaldas del Palacio de Justicia. A veces se zambullían en un cine, a veces recorrían librerías, a veces emprendían como una aventura largas cominatas por la ciudad. Asexuada, fraternal, la amistad parecía también eterna.
Suena lindo verdad, nos da la clara imagen de la amistad entre Jacobo, Aída y Santiago. Pero también sirve de un preludio para el amor frustrado de nuestro protagonista. Nos permite entender como esta maravillosa amistad se interpone enter el sentimiento que siente por Aída, y por el enorme cariño fraternal que siente por Jacobo.
Pero pasemos a lo concreto, ¿Cuántas tomas debe tener este montaje? Aparentemente y haciendo las cuentas, cuatro en los ambientes de San Marcos, una en la biblioteca Nacional, dos en cines, una en la Colmena, otra Azángaro, otra por el Palacio de Justicia, unas tres más en otras tiendas o librerías. Casi 14 tomas entrelazadas. ¿Qué ángulos o lentes usar? ¿Será pertinente imprimirla en monocromático? ¿Qué desafíos implica su producción, sobre todo si va a ser ambientada en las Lima de los 50s? Teniendo en cuenta que el tiempo mínimo de montaje entre dos cortes es de unos tres segundos (estamos de hablando de un ritmo de edición casi Stoneiano) el montaje debe durar 45 segundos. Tiempo considerable para una novela que tiene 600 y tal páginas, y debe ser interpretada en la patalla en no más de tres horas.
Esta es una de las miles de perlas que contiene este tesoro, pero aun hay más. Estaba pensando que clase de música debe ir como fondo de este montaje, ¿cuál podría ser el leitmotiv para estas tomas de amistad y cariño entre estos personajes? Hasta el momento solo he pensado en esta. Pero aun falta tanto por escribir, imaginar, vislumbrar, visualizar...
4 comentarios:
bela bartok!
extraño y hermoso
http://www.youtube.com/watch?v=dSCPWIsGGVI
La sensación extraña que haces mención está marcada por el estilo musical de Bartok, el de la composición "atonal". En música, la secuencia de acordes y de intervalos se llama tono (do mayor, re menor, si bemol mayor), para pasar de un tono a otro tono existen ciertas reglas antiguas. Bartok demostró que es posible "destruir" dichas reglas, y pasearse por todas las tonalidades. Por eso su música es tan peculiar, ya que al pasar de una tonalidad a otra de forma "ilegal", crea en la mente una sensación de inquietud.
Siempre me he preguntado cual es el sustrato orgánico en el cerebro que nos permite apreciar con quietud e inquietud la música.
Gracias por el enlace Fiorella, espero que sigas visitando mi humilde espacio digital.
Un abrazo
Asu, que difícil filmar esa escena. Especialmente porque de esa Lima queda poco (gracias a la tendencia a construir espantosas moles de cemento en lo que antes fue una joya de Sudamérica). No apoyo la música...muy oscura para un párrafo que suena más bien tierno. Nunca he leído esa novela, ya debería hacerlo (pero confieso que con MVLL tengo un bloqueo mental, me cae tan pesado!).
En realidad hay soluciones interesantes para poder recrear la Lima de los 50 icluyendo el uso de pantallas verdes y CGI. La música voy a usarla mejor para fonde del ímpetu comunista de estos amigos, que al final se unen a una huelga de transportistas y son arrestados, allí es donde realmente se jode Zavalita por primera vez. La persona Vargas Llosa suele tener muchos desatinos, pero el escritor Vargas Llosa es fenomenal.
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