viernes, 22 de octubre de 2010

100 entradas y nueva categoría - submúsica


Bueno, la entrada anterior carece de solemnidad, y explora el lado oscuro del humor, así como intenta introducir una nueva categoría en esta bitácora.

Mi estimado amigo y colega Dr. Lizardo Cruzado comentó hace unos días que existe una carencia de las categorías Submúsica, Subescultura, Subcine. Bueno, ahora me aventuro a reunir algunos criterios con los que algunas de estas expresiones culturales pueden ingresar en el mundo subterráneo.

La submúsica vendría a estar formada por obras musicales que:

a) Tienen un pobre contenido harmónico, con escaso desarrollo de acordes, disonancia inconsecuente o modulaciones simplonas.

b) En el caso del canto, el intérprete o la intérprete está más interesado que se hable de ciertas partes de su anatomía y no de la calidad, tesitura, cuerpo y resonancia de su voz.

c) La melodía es inexistente, o está limitada a un corito reiterativo e insulso.

d) En el caso del canto, el intérprete o la intetérprete está más interesado en llamar la atención a los pasos de baile que ejecuta.

De todas formas, estas manifestaciones sub musicales también serán analizadas para intentar comprender como algunas de ellas gozan de tanta popularidad. Realmente no me trago el cuento de que son más "onda", más simples, más cercanas a la gente. Ya veremos

2 comentarios:

Lizardo Cruzado dijo...

A ver, pero los casos de 'submúsica' tienen que cumplir los cuatro criterios... ó 3 de 4... ó 2 de 4...
Un cordial abrazo, amigo Tony.
(Me suscribo anteladamente a la opinión autorizada de nuestro amigo José Manuel).

José Manuel Brea dijo...

Ingeniosa entrada, amigo Tony. Yo diría, para dar respuesta a nuestro amigo Lizardo, que son criterios mayores el primero y tercero (a y c) y menores o complementarios los otros dos (b y d). De modo que para el diagnóstico de submúsica, serían necesarios los dos criterios mayores y al menos uno complementario. Aunque se me ocurre resumir el cuadro submusical así: pobreza harmónica y melódica + venta de imagen. O de otra forma: ritmo estético.
Un saludo harmónico-melódico.