El concierto 19 se ha vuelto la actividad principal en mis ratos libres, ya he leido varias veces la partitura, tanto en reducción como en orquestal completa. Al sentarme al piano, me topado con la primera valla con que nos topamos todos aquellos que nos atrevemos a ejecutar la música de Mozart: los arpegios.
Fragmento del concierto 19, con arpegios saltarines y algo facilones
Un arpegio es un acorde desdoblado en sus notas, tocadas en sucesión y no al unísono. Algo fácil de definir, fácil de escuchar y apreciar, pero que a la hora de ejecutar en el piano se vuelve una tortura, un acto de la inquisición, o un quebradero de articulaciones y ligamentos. La razón anatómica fundamental es que el arpegio implica tocar, a veces en rápida sucesión notas que no se encuentran unas al lado de otras. El error más frecuente es intentar estirar los dedos para ir de nota a nota, ello pone mucha tensión en los tendones y articulaciones. La mejor manera de abordar los arpegios es tocar nota por nota moviendo la mano y todo el brazo hasta la posición natural en la que el dedo tocaría esa nota. Primero stacatto y fuerte, luego intentando dejar el dedo, con una leve rotación, y si la distancia es abismal, bueno, por algo existe el pedal, verdad.
El mejor compositor en usar los arpegios es sin duda Chopin, su estudio 1, preludio 8, o la exquisita sección intermedia del scherzo 3, son ejemplos de ello. El genio polonés no solo usa los arpegios como excusas para aderezar con una armonía fragmentaria, si no que entreteje melodías conmovedoras, que a la vez crean en sí mismas, su propia armonía. Quien sabe tocar a Mozart deba preparar a uno para poder abordar esos ríos arpegiados que se oyen tan bien en el piano cuando uno toca a Chopin.
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Arpegios en Wikipedia
2 comentarios:
Sí que sufríamos con los arpegios, las escalas y aquellos tediosos ejercicios, je, je.
Algunos ejercicios me parecian tediosos, pero la verdad, la escuela de Hanon me encanto desde el comienzo. Czerny es aburrido pero escencial. Tuve una profesora que decia que toda la tecnica pianistica se reducia a los estudios 1 y 12 op 10 de Chopin. Los arpegios Mozartianos no son tan dificiles, pero tampoco son de subestimar, para nada.
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