sábado, 27 de marzo de 2010

Mi piano ha muerto



Hoy ha sucedido algo terrible, que trasciende la frase metafórica que da el título a este post. Luego de atender a mis pacientes, recoger a mi hija del nido y lidiar con un tránsito algo leve en esta ciudad de Luanda, pensaba intentar algunos arpeggios para finalmente postear un video del nocturno 1 de Chopin, que estoy debiendo desde el dia de su bicentenario. Llego a mi casa y prendo el botón de mi piano (es un Casio PX-720) y al ejecutar dos escalas me doy cuenta que hay varias teclas "mudas". Prendo y apago sucesivas veces el aparato y nada, las teclas siguen mudas.

La desesperación me embarga, ¿será posible que mi piano haya dejado de funcionar? Justo en un país donde es tan difícil comprar instrumentos musicales. Esta pequeña joyita la compré de segunda mano a un amigo diplomático ruso cuando estaba retornando para su país, y ahora, luego de 5 años de servicio, su voz quedaba severamente cercenada.

Bueno, mi querido y amado amigo, eras el vehículo de mi pasión musical, especialmente para interpretar a Beethoven, ahora te has quedado sin siete de tus ochenta y ocho sonidos, y ya no sirves para tu propósito. Justo cuando te estabas volviendo protagonista de algunos videos de youtube, respondiendo a mis toques, me abandonas de esta manera


Rango de notas que han dejado de funcionar en mi piano.

Ahora también mi musa sonora queda muda, no sé durante cuanto tiempo, espero que sea corto, espero que no dure mucho este silencio, espero que las teclas que pulsen mis dedos sean otras, aparte de las que ahora forman estas palabras.

Oh, que mezquina es una letra, comparada con una nota.

Oh, que dulzura es el sonido, comparado con un grafismo. Acaso el grafismo solo lleva parte del mensaje, y una nota al final es una onda, una vibración dulce de la materia circundante.

Que silenciosa está ahora mi sala, más silenciosa ahora que veo a mi piano, parcialmente mudo, efectivamente muerto...

No quiero escribir ni un poema ni una oda, hasta un fragmento de Czerny sonaría mejor. Diantre, hasta una tonadilla de Claiderman sonaría mejor. Adiós querido piano, adiós. Otro vendrá a reemplazarte, sí, pero yo no te olvidaré jamás, en esta lejana tierra he podido seguir con mi arte, he podido seguir teniendo la ilusión de no resignarme a la monótona cacofonía que se oye en estas radios. He podido sentir el placer de Chopin, la pasión de Beethoven, el razonamiento de Bach, los arpeggios sorprendentes de Mozart, y milagrosamente, algún bello acorde del gran Rachmáninov. Hasta mis hijos han podido pulsar tus teclas, felizmente pude filmarlos ese día, a los tres juntos.

Quedó pendiente Chopin, en otro tendrá que ser, y a pesar que eres eléctrico y de toque programado, tal que no se siente el pulso y la resistencia de un piano acústico, pero aun podía deleitar a mis muñecas y falanges con los preciosos arpeggios del genio polonés. En otro será, pero que pena que sea en otro.

Adiós querido piano, no creo que pueda repararte. En este lugar donde la inepcia es el pan de cada día, arriesgo a que te malogren más, y todo sea una pérdida de tiempo y de dinero, espero encontrar algún fin noble para lo que queda de tí.





5 comentarios:

Lizardo Cruzado dijo...

Trasunta tu pena honda, Tony. Un abrazo.

Karen M. dijo...

Tony,

¡Terrible! debería decirte en vez de esto ¡calma! pero no puedo, entiendo lo mal que debes sentirte, lo bueno es que hay más pianos, tal vez difíciles de conseguir, pero los hay... confío en que conseguirás uno.

Ahora, si escribes algo, debes tener cuidado, porque escribir con las emociones muy en altos tiene sus pro y sus contra, y a veces, mucho de contra, mejor relájate y no le des más vueltas al asunto, antes de escribir algo. La música es un bien necesario, sin la música estamos apagados, pero por ahora tal vez puedes acompañarte con unos discos y luego reemplazar a tu viejo amigo por otro...

A mi me ha sucedido algo parecido, apenas hace unos minutos me enteré: el disco duro de mi computadora se quemó y en aquel disco duro tengo guardado mis cuentos, mis palabras sueltas, mis conflictos, tengo TODO y he decidio olvidar por hoy, día en que por fin estoy escribiendo, que mis palabras se han ido al vacío... por eso, te entiendo perfectamente, es horrible perder lo preciado, habrá que superarlo; o será que paresco tranquila porque aún no hago catarsis de esta perdida, como tú lo has hecho en esta entrada.

Un beso enorme y mucho ánimo.

K-M-

Tony Chávez Uceda dijo...

Gracias estimado amigo Lizardo, haré lo posible por ver si puedo importar un piano a la brevedad posible, pero eso significará unos tres meses al menos.

Tony Chávez Uceda dijo...

Querida Karen, gracias por tus palabras de aliento. Te recomiendo llevar tu computador al Jirón Wilson, allí hay unos "recontra tigres" que posiblemente puedan recuperar tu información. A partir de ahora, consíguete un pen drive de 4 gb, para que hagas backup de tus archivos al menos cada 2 semanas, no toma mucho tiempo y te da una confianza enorme, créeme.

No quería entristecerte con mis palabras, pero tienes razón en decir que una catarsis no hace mal, especialmente si es una en la forma de arte.

Un abrazo

Tony

Anónimo dijo...

Tony ¡calma calma!,que no cunda el pánico, ya llegarán tiempos mejores con un nuevo piano que te permitirá volver a tocar tu siempre y recordado Chopin, Bach, Beethoven, no entristecer tanto. Te estoy enviando un power musical que te va a alegrar el corazón a través de tu correo.
Tu tía.

Lily