lunes, 22 de marzo de 2010

El Suicidio


Guillaume Apollinaire retradado por Maurice Vlamick


Maurice Vlaminck, Portrait of Guillaume Apollinaire (1903)

En estos días he podido leer algunos post muy interesantes sobre el suicidio, tema sempiterno no solo en el campo psiquiátrico, y me aventuro a saltarme varios pasos en el orden de esta bitácora, para incorporar este poema del genial Guillaume Apollinaire.





Le suicidé



Trois grands lys Trois grands lys sur ma tombe sans croix
Trois grands lys poudrés d'or que le vent effarouche
Arrosés seulement quand un ciel noir les douche
Majestueux et beaux comme sceptres des rois

L'un sort de ma plaie et quand un rayon le touche
Il se dresse sanglant c'est le lys des effrois
Trois grands lys Trois grands lys sur ma tombe sans croix
Trois grands lys poudrés d'or que le vent effarouche

L'autre sort de mon cœur qui souffre sur la couche
Où le rongent les vers L'autre sort de ma bouche
Sur ma tombe écartée ils se dressent tous trois
Tout seuls tout seuls et maudits comme moi je crois
Trois grands lys Trois grands lys sur ma tombe sans croix



El suicidio


Tres grandes lirios Tres grandes lirios sobre mi tumba sin cruz
Tres grandes lirios empolvados de oro que el viento asusta
Regados solamente cuando un cielo negro los ducha
Majestuosos y bellos como cetros de reyes.


Uno sale de mi herida y cuando un rayo lo toca
Se levanta sangrando es el lirio de los pavores
Tres grandes lirios Tres grandes lirios sobre mi tumba sin cruz
Tres grandes lirios empolvados de oro que el viento asusta

El otro sale de mi corazón que sufre sobre el lecho
Donde lo roen los versos El otro sale de mi boca
Sobre mi tumba apartada ellos se yerguen, los tres
Solos solos y malditos como así yo lo creo
Tres grandes lirios Tres grandes liros sobre mi tumba sin cruz

Traduccion (Tony Chavez Uceda)


El poema de por sí es excelsamente bello, (al parecer eso de los lirios podría haber inspirado uno de los cuadros del Dr. Kevorkián). Las metáforas de la herida mortal autoinflingida, del corazón roído por los versos (y de paso la depresión) y de esa boca muda para siempre. El suicida reconoce su pecado y niega para siempre la cruz sobre su tumba, una tumba que también es condenada al ostracismo en el mismo cementerio. Pero si esto no es suficiente, qué pasaría si el texto de este poema es tomado por el último gran sinfonista de la historia, y se le coloca una música infinitamente sobrecogedora, este es el resultado.





El gran compositor se da el lujo de usar una orquesta minimalista para esta adaptación de 11 poemas de Lorca, Apollinaire, Küchelbecker y Rilke para colocarles música y presentar un tratado lírico musicológico sobre la muerte. La muerte en todas sus faces, incluyendo el suicidio. Algunos proctognósticos comentaristas han asociado esta sinfonía a una protesta de la invasión de la URSS a Checoslovaquia, pero dejemos que sea el mismo Shostakovich quien nos hable de su sinfonía:

"Quiero que los oyentes reflexionen sobre mi nueva sinfonía... que se den cuenta que deben llevar vidas puras y fructíferas para glora de su Patria, su gente y las ideas más progresivas motivadoras de nuestra sociedad socialista. Eso es lo que yo pensaba al escribir esta obra. Quiero que mis oyentes, mientras salgan del teatro luego de oir mi sinfonía, que piensen que la vida es bella."

Es decir, morir es estúpido comparado con vivir, vivir siempre será maravilloso y valioso, porque solo esa existencia tendremos. El resto no existe, el resto no lo veremos, no seremos testigos de algo luego de nuestra muerte. Solo quedará la pena para algunos de nuestros conocidos, pena que también será historia algun día.

No hay razonamiento más lógico y contundente para convecernos que debemos amar la vida con todas nuestras fuerzas.

(Dedicado a mis amigos Lizardo y José Manuel)

5 comentarios:

Lizardo Cruzado dijo...

Sin duda tiene cosas hermosas la vida cuando hay salud mental, por ejemplo, la amistad, regocijo nutricio del espíritu, o el arte, manifestación elaborada y selecta de la verdad y la belleza.
Gracias por ello, Tony. Un abrazo.

José Manuel Brea dijo...

Como bien dice Lizardo, hay razones a las que aferrarse, aun en los momentos existenciales más difíciles. Y como ya hice en mi bitácora, evoco una meditación, atribuida al gran Confucio (K'ung-fu-tzu), que te brindo agradecido amigo Tony:

“¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir”

Tony Chávez Uceda dijo...

Si, y nosotros somos jardineros ex profeso, que cultivamos aquellas bellas flores del arte en el jardín de nuestros pensamientos, muchas gracias mi querido amigo José Manuel.

Alfredo (HBT) dijo...

Bien depre tu post Tony, pero creo que si razonamos desde el punto de vista del divino Shostakovich, nos damos cuenta que sí, la vida vale más que la muerte, que solo tenemos esta vida, y que debemos vivirla a todo dar, saludos.

Tony Chávez Uceda dijo...

Te recomiendo que escuches el movimento "Oh Delvig" de esta sinfonía, coincide en gran parte con tu comentario, Alfredín.