Los médicos deberían tener una participación e influencia en la vida política de un país. Pero para ello deben contar con los mecanismos democráticos, incluyendo la protesta pública y la huelga. Pero si el médico hace huelga, de inmediato se gana el calificativo de asesino, al abandonar a sus pacientes. Y de esta manera el médico renuncia a su participación democrática, con la esperanza que otros solucionen sus problemas. Pero como a la mayor parte de las personas les interesa un comino los problemas por los que pase el médico, bueno, al ser uno médico no debía tener problemas, verdad. Entonces el médico deja la puerta abierta para la explotación, el abuso y hasta la agresión a su persona. Moraleja, no se queje usted doctor, organice y fundamente bien sus protestas o reclamos.
2 comentarios:
Tomo nota de la moraleja, amigo Tony. Habrá que organizar y fundamentar bien las protestas y no quejarse vanamente.
Lamentablemente mi estimado amigo, a los médicos nos enseñan tan pero tan bien el individualismo, que formar una fuerza con influencia política es casi una quimera. Pero al menos podremos poner en papel nuestros reclamos, y tener la esperanza de que más colegas se unan a una causa justa, que no solo busque nuestro beneficio, si no también el de nuestros pacientes.
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