viernes, 26 de febrero de 2010

Meciendo a Don Mario

Mecedora


El diario El Comercio ha publicado una sabrosísima crónica de Don Mario Vargas Llosa, donde nuestro excelso literato narra una experiencia nimia, y que se ha dado millones de veces en nuestro país: la mecida. Es decir, todo un conjunto de mentiras, embustes, despistes, galimatías, artimañas y distracciones que el mecedor emplea con el mecido, para, y sobre todo, demorar el plazo de entrega de un producto o servicio. Lo interesante de este texto no es el ser el descubridor de este viejo cáncer social en nuestro país, si no el describir la situación con un lenguaje rico, garboso y atrayente. Si no veamos este extracto.


“¿Qué cuento me va usted a contar hoy día, señorita?”, la saludaba yo.

Ella nunca se enojaba. Tenía la misma irresistible simpatía de su jefe y, risueña y amable, se interesaba por mi salud y mi familia antes de desmoralizarme con el pretexto del día. Confieso que yo esperaba ese instante con verdadera fascinación. Jamás se repetía, tenía un repertorio infinito de explicaciones para justificar lo injustificable: que pasaban las semanas, los meses, los trimestres y la maldita chimenea nunca llegaba a mi casa. Ocurrían cosas banales, como que el señor de la fundición caía preso de una gripe con fiebres elevadas, o verdaderas catástrofes como incendios o fallecimientos. Todo valía.


La verdadera maestría de Don Mario está en convertir una situación tan banal y experimentada por miles, en algo singular, jocoso, lleno de matices peculiares. En eso reside la genialidad del literato, en elevar las bajezas al pedestal del arte. No hay nada nuevo bajo el sol, pero si hay miles de formas nuevas para contarlo. Gracias Don Mario, por tantas buenas experiencias literarias.

1 comentario:

Lizardo Cruzado dijo...

Hola Tony:
A propósito de MVLL, este enlace sobre una entrevista que le hicieron, te podría interesar.
http://utero.pe/2009/02/08/en-que-momento-se-jodio-el-peru/
Un abrazo.