jueves, 27 de diciembre de 2012

El caballero ardiente.


Foto tomada del Blog "Mis comics y más".

En el tiempo en que residí en la ciudad de Lubango, una de las manifestaciones artísticas que iban a influenciar tremendamente en mí fueron las historietas. Mis buenos amigos Nare, Dima y Kisso poseían una respetable colección de cómics de origen galo. Lucky Luke, Asterix, varios de Disney, por su puesto el grandioso Tin Tin. Pero a mí me impresionaron sobremanera las arriesgadas aventuras del Caballero Ardiente,

Craenhals le da un dinamismo y expresividad impresionante a sus ilustraciones. Me dejaron totalmente atónito las escenas de lucha de espadas, llenas de vigor, arranque y robustez. Hasta parecería posible escuchar los bramidos agudos del acero chocando contra el acero, de las fechas traspasando las cotas de malla, el relinchar de los caballos y los suspiros de las bellas damiselas. Un episodio de este cómic me dejó particularmente conmovido, cuando Shilock, uno de los amigos del caballero ardientes, es secuestrado y torturado, todo por amor a su prometida. Entonces Ardent se lanza raudo a su rescate, pudiendo sustraerlo de las garras de los malvados torturadores.

Este cómic ha motivado diversos doctos debates sobre sus deliciosos anacronismos e inexactitudes, pero no deja de ser un universo de ficción poderoso e intenso, que sabe darse maña para crear historias de simple moraleja, pero de apasionante desarrollo. Ese fue un tiempo en el cual me aventuré en la creación artística del cómic, y aunque ninguna de mis historietas ha sobrevivido el paso el tiempo y la crueldad de mi desorden, esta serie francófona es la que siempre recuerdo con mucho cariño y nostalgia.


Enlaces relacionados:

Chevalier Ardent (en francés)

El Caballero Ardiente en Mis Cómics y Más

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